El queso de Cabrales es sin duda un referente en la gastronomía asturiana. Se puede elaborar con leche de vaca, oveja, cabra o combinándolas. En un principio la producción es muy parecida a la de los otros quesos, pero después es la naturaleza la que se encarga de conseguir ese resultado final que le convierte en un queso único, gracias a su maduración en una cueva de caliza. En este caso El Teyedu, a más de 1200 metros, en el corazón de los Picos de Europa, pasa por ser uno de los Cabrales de más altura.
El gran hacedor de este queso artesanal es Pepe Bada, de la Quesería Arangas en Tielve y, aunque me avisó de lo delicado del acceso a la cueva debido a las últimas nevadas, al final pude visitarla de la mano de Jorge González, un excelente conocedor de estas montañas desde que era un niño. La ascensión nos llevó prácticamente dos horas, caminando con raquetas la mayor parte de la ruta.
Tanto Pepe como Jorge suben a menudo el duro camino de 600 metros de desnivel a fin de ordenar, limpiar y observar el estado de maduración de este "Cabrales" que llega a su plenitud gracias a las condiciones de humedad, temperatura de la cueva y al hongo Penicillium Roquefortis Cabraliensis, causante de su peculiar olor, sabor y color, típico de esta comarca. Entre seis y siete meses permanecen allí los quesos hasta que están en condiciones de descender al valle para su consumo.
Gracias a estas condiciones especiales de fermentación, el Teyedu ha conseguido numerosos premios nacionales e internacionales, como la medalla Super Gold de los prestigiosos World Cheese Awards del 2016-2017, mejor queso de España en el 2013 y mejor queso de Cabrales en el 2017, entre otros muchos.
Equipo utilizado: Pentax, Tamron, Samyang, Manfrotto y dos frontales como fuente de iluminación.