El otoño tiene muchas caras y se manifiesta de múltiples formas. Paseando por la orilla del arroyo de la Angostura (más adelante cambia el nombre por río Lozoya) descubrí cómo en ciertos días y en algunas horas en concreto, sus aguas y rocas adquieren las tonalidades propias de la estación.
Así los tonos ocres y dorados se funden junto a los tonos fríos, más propios del arroyo. Una auténtica paleta de colores, reflejo auténtico del otoño que todo lo rodea, un verdadero placer para la vista...
Son impresionantes.
ResponderEliminarMuchas gracias Queralt!!!
Eliminarqué buenos detalles captaste Javier! Un saludo!
ResponderEliminarMuchas gracias por escribir Andoni!
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